1. ¿Dónde y cómo se reza?
Tradicionalmente en Ángelus se reza a medio día, pero solía rezarse también por la mañana al empezar la jornada (6:00 am) y por la tarde al caer el sol (6:00pm). Si bien no te vas a poner a rezar el Ángelus si te encuentras en medio de una conversación, la idea es hacer una pausa (no dura más de 5 minutos) y ponerte a rezarlo, tal vez puedas invitar a quién está contigo a rezarla.
2. Se reza a dos voces
La oración es el relato de la Anunciación y ofrece un recurso maravilloso para la meditación cotidiana. Se reza a dos voces y luego de cada estrofa se reza un Ave María. Al finalizar las estrofas hay una oración breve y se culmina con tres Gloria.
El Ángel del Señor anunció a María.
Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…
He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…
Y el Verbo se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María… Santa María…
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Oremos:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…(tres veces)
3. En tiempo Pascual es distinta
Durante el tiempo Pascual (incluyendo Pentecostés) en lugar del Ángelus se reza el Regina coeli, oración que nos invita a alegrarnos junto con María por la Resurrección de Nuestro Señor Jesús. Esta oración también es a dos voces y culmina con una oración breve:
Reina del cielo, alégrate.
Aleluya.
Porque el Señor, a quien mereciste llevar.
Aleluya.
Ha resucitado, como lo había dicho.
Aleluya.
Ruega al Señor por nosotros.
Aleluya.
Goza y alégrate, Virgen María. Aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Oremos:
Oh Dios, que por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.